Seguimos hoy intentando responder una de las dudas que nos está llegando a la consulta últimamente y es respecto a la efectividad de tratar la epilepsia con neuroestimulación.
Adjuntamos video autograbado por el propio Dr. Antonio Russi y la transcripción de la respuesta a las preguntas que se nos ha ido formulando últimamente sobre la estimulación vagal.
La Neuroestimulación en Epilepsia tiene como objetivo neutralizar zonas epileptógenas del cerebro que no pueden ser intervenidas en casos con Epilepsias Farmacorresistentes.
A modo resumen indicar que existen dos tipos fundamentales de Neuroestimulación:
Tipos de neuroestimulación
- Estimulación profunda: consiste en colocar electrodos en el cerebro ya sea en el hipocampo o bien en el tálamo si se trata de Epilepsias generalizadas. La estimulación nos permite bloquear estas zonas epileptógenas y conseguir con ello una mejoría de la enfermedad.
- Estimulación vagal: ésta se realiza mediante un dispositivo que se coloca en la clavícula a través de un procedimiento muy similar al utilizado en la implantación de marcapasos cardíacos. Con el dispositivo conseguimos estimular el cerebro a través del nervio vago que será quien mandará la información al cerebro.
El estimulo se va haciendo de forma intermitente cada 5 minutos con una duración aproximada de 30 segundos. Tanto la duración como la estimulación son aproximadas dado que se van regulando durante el tratamiento.
Resultados de la neuroestimulación en Epilepsia
El resultado de la neuroestimulación como tratamiento para combatir las crisis epilépticas es variable. La estadística indica que aproximadamente uno de cada tres pacientes tratados con estimulación mejora mucho, el otro 30% mejora un poco, aunque el 30% restante no mejoran. La eficacia del resultado se observa pasado un año.
En estos momentos tenemos un nuevo modelo que es el Sentiva 1000 que tiene muchas particularidades interesantes. Una de ellas es que en caso de que durante la crisis se dispare el corazón, el dispositivo detecta este cambio del ritmo cardíaco y envía de inmediato un estímulo extra que permite parar la crisis.
Ventajas de programar el neuroestimulador
Asimismo, este nuevo modelo también tiene la particularidad de que se puede programar. Ello implica que en aquellos casos que solo tienen crisis durante el sueño el dispositivo se programa solo unas horas al día y con ello conseguimos que la batería del dispositivo dure más tiempo. Si bien es difícil prever la duración de las baterías ya que dependerá de cada caso, aproximadamente sabemos la vida media de estos dispositivos es entre cinco y ocho años. El procedimiento para reemplazarlo es con anestesia local y de forma ambulatoria.
Finalmente indicar que este mismo dispositivo dispone de un estímulo manual que se activa mediante un imán que produce un estímulo extra, normalmente más potente. Ello permite que el propio paciente o el acompañante pueda bloquear la crisis en el mismo momento que detecta que se está desencadenando.