Cuando un paciente con epilepsia presenta resistencia a los fármacos y a pesar de medicarse no se consigue eliminar las crisis que este, la mejor opción de tratamiento, siempre que sea posible, es la cirugía. Está estipulado internacionalmente que se debe valorar a un paciente farmacoresistente después de 1 año en niños medicados sin resultado y dos años en adultos.
El poder operar o no a un paciente depende de muchos factores pero dos de los más importantes recaen en el profesional: la experiencia de este y la tecnología de que disponga.
El grado de experiencia de un profesional determinará la capacidad de este para enfrentarse a distintos tipos de situación y poder solventarlos con menor o mayor dificultad.
Además la tecnología es clave en los procesos de cirugía y por ello disponer de unos equipos más avanzados permitirá al profesional poder llevar a cabo intervenciones que anteriormente no eran posibles.